Kane necesita controlar su salud para poder hacer frente a la campaña que se le viene encima. Miller investiga a fondo para sacar a flote trapos sucios del gobernador Cullen.

Después de que su imagen pública sufra un fuerte golpe, el alcalde Tom Kane decide tomarse un descanso. Kitty llega a un punto complicado emocionalmente. Meredith, sospechando de su marido, decide tomar la iniciativa.

Llegan las elecciones y la lucha se recrudece entre los candidatos. Meredith toma medidas para probar su lealtad a Kane.

Los movimientos de Kane en el proyecto de vivienda toman dimensiones de carácter violento y escalan hacia un estado de agitación, disturbios y saqueos. Chicago bulle y Kane, en secreto, busca tratamiento en una clínica alternativa donde su pasado le persigue. Y en ausencia de Kane, su esposa, Meredith, toma el papel de alcaldesa en funciones.