Tras ser hallado desangrándose en la celda de Neat Haskell, un peligroso asesino en serie, Raymond Langston es llevado urgentemente al hospital donde el equipo médico lograr estabilizarle y salvar su vida. Entretanto, Nick acude al funeral del agente Clark para dar el pésame cuando se percata de que la familia del fallecido le considera responsable de su muerte. Mientras se encuentra en su coche, Stokes percibe un ruido sospechoso que parece provenir de una furgoneta cercana. Inesperadamente se produce una fuerte explosión, a la que sigue otra. La familia del finado y los agentes de policía allí reunidos abandonan precipitadamente el lugar mientras el forense intenta advertirles de que no vayan en esa dirección. En ese momento estalla la furgoneta.

El caso de Whitney Kohler y Pam Beck, dos jóvenes desaparecidas hace cinco años, se reabre cuando Phil, el padre de Whitney, aparece asesinado y Carly, la madre de Pam, resulta sospechosa. Carly ha desaparecido, pero los agentes descubren una foto de lo que parecen ser los restos de Whitney en su casa. Tras diversas investigaciones, descubren que Carly está empeñando diversos objetos de valor, entre ellos un reloj propiedad del fallecido. Siguiendo esta pista consiguen dar con Carly, que insiste en que no tiene nada que ver con el asesinato de Phil. Además, la sospechosa declara que tiene en su poder una carta de Henry Holt, el hombre encarcelado por el asesinato de las jóvenes.