Este episodio está protagonizado por Stan Zwitek y Larry Zito, habituales secundarios que suelen poner el contrapunto cómico en la serie. Zito se queda sin casa por un incendio y se aloja temporalmente con su amigo Zwitek. El problema es la novia de Zwitek, Darlene. Se inicia una larga serie de discusiones acerca de la estancia de Zito en casa de Zwitek, la obsesión compulsiva por el orden de Darlene, la adoración a Elvis Presley por parte de Zito y Zwitek y los planes de futuro que Darlene tiene reservados a Zwitek. Finalmente Zwitek decide que es más importante su amistad con Zito que su relación con Darlene.

Por otro lado, Zito y Zwitek usan los servicios de los informantes Izzy Moreno (Ferrero) y Noogie Lamont (Barnett) para detener a un traficante de objetos robados.

Miami vive un clima de terror debido a una ola de asaltos con violencia en casas de gente rica. La brigada antivicio es asignada a ayudar a la brigada de robos en el caso, que está liderada por Malone, un antiguo jefe de Crockett. El teniente Castillo y Malone chocan por sus diferentes métodos. Finalmente, los métodos de Castillo se prueban más adecuados y desarticulan la banda de asaltantes. Malone admite su fracaso y dimite. Castillo respeta su decisión.

Crockett y Tubbs investigan a Guzman, un traficante de armas, cuando se encuentran que para él trabaja Evan Freed, antiguo compañero de patrulla de Crockett con el que se ha distanciado. Resulta que Evan trabaja de incognito para otro organismo policial. Crockett no confía en Evan, ya que tiene una personalidad inestable. En el momento del arresto, Guzman toma el control de la situación y ordena a Evan que asesine a Tubbs y Crockett. Sin embargo, Evan interviene en su favor. Hay un tiroteo y Guzman muere, pero Evan también muere, en brazos de Crockett.

Switek se enamora de un falso presentador de un programa de juegos, y el traficante de drogas Tony Rivers cae en una trampa.