La historia de Rin sigue su camino. Esta vez se ha producido una situación bastante preocupante en Kioto, así que la organización ha creado un grupo especial que se desplazará allí para evitarlo

El equipo especial finalmente ha llegado a Kioto para empezar inmediatamente con sus labores de ayuda. Una vez allí, Rin comprobará de primera mano los problemas familiares que tiene Suguro.

Como Bon, Konekomaru y Shiemi tratar de hacer frente a sus respuestas a los acontecimientos recientes, Yaozo convoca a los jefes de familia de la secta Myoda. Mientras discuten el incidente con el ojo derecho, el grupo comienza a cuestionar las acciones misteriosas del sacerdote principal Tatsuma.

¿Quién está traicionando a la secta Myoda? Sin el sumo sacerdote Tatsuma en la asistencia, la reunión general cae en el caos y termina sin una conclusión. Como Suguro resuelve encontrar y preguntar a su padre, él atestigua a alguien que se escabulle en la oficina de Kyoto ...

Aunque el traidor fue revelado, el Ojo Derecho del Rey Impuro ha sido robado. Mientras se enfrenta a Ryuji, Rin pierde el control de sus llamas azules delante de los exorcistas reunidos. En toda la conmoción, Tatsuma desliza a Shura una carta dirigida a Rin.

Shiro Fujimoto, Rin y el padre adoptivo de Yukio, encontraron a Tatsuma Suguro mientras intentaban tomar la espada demoníaca, Kurikara. La carta de Tatsuma revela las circunstancias de cómo la espada, que es el principal objeto de culto de la Myoda Sect, llegó a Rin

¡El Rey Impuro ha sido revivido! En su carta, Tatsuma le pide a Rin que use la espada Koma para pelear, pero ¿será eso posible? Y para empeorar las cosas, Mephisto aparece de repente con la noticia de que Rin ha sido condenado a muerte!

Miasma se extiende por las calles mientras los exorcistas comienzan a contrarrestar el crecimiento del Rey Impuro. Rin se marcha con los otros estudiantes para encontrar a Tatsuma. Yukio está en el frente, sin saber que su hermano ha dejado su celda, cuando nota algo extraño ...

"Desprecias a tu hermano, ¿verdad?" Yukio se estremece cuando Todo le dice que admita sus verdaderos sentimientos. Yukio reflexiona sobre los pensamientos que ha tenido desde una edad temprana. Mientras tanto, Suguro ha heredado el Gouha-en, y con él, él y Rin se dirigen al esporangio.

El Rey Impuro ha logrado revivir finalmente y la situación es crítica por todas partes, especialmente para Suguro y Rin, que están dentro de la boca del lobo.

Ahora que Rin finalmente ha podido desenvainar la espada, está a punto de despertar un nuevo y devastador poder. Tanto es así, que hasta puede caer víctima de la corrupción.

El Rey Impuro ha muerto por fin, y con ello, regresa la calma a Kioto. Una vez concluido el trabajo, Rin y los demás regresarán a Tokio, no sin antes hacer un poco de turismo por Kioto.