En un mundo donde la humanidad debe lidiar con el daño colateral de los superhéroes y los supervillanos, Emily Locke empieza su primer día como Directora de Investigación y Desarrollo para Wayne Security, una subsidiaria de Wayne Enterprises especializada en productos que hacen la vida de los ciudadanos indefensos un poco más segura. Llena de confianza y de grandes ideas, Emily se da cuenta rápidamente de que sus expectativas exceden a las de su nuevo jefe, Van Wayne y a sus compañeros de oficinas, así que dependerá de ella liderar el equipo para alcanzar su potencial completo y darse cuenta de que no necesitas superpoderes para ser un héroe.

Cuando el equipo pierde un cliente por la incompetencia de Van, Emily busca llegar a un trato con los habitantes de la Atlántida. Gracias a su gran metida de pata, el padre de Van se entera y lo obliga a buscar el camino para redimirse. Mientras tanto, el nuevo empleado, Alex empieza en la oficina y Teddy y Ron están convencidos que es un superhéroe.

Emily convence a Teddy de registrar lo que ella cree es un revolucionario invento dentro del concurso de Innovación de Industrias Wayne contra los elitistas ingenieros de Wayne X, incluso cuando él tiene sus dudas. Mientras tanto, Van toma ventaja de la buena voluntad de Ron y lo hace ensamblar un juguete con la esperanza de agradar al hijo de su nueva novia.