Askeladd se retira temporalmente de la guerra contra Inglaterra. Mientras busca una nueva fuente de ingresos, se encuentra con una escaramuza entre los francos y trama un plan para robar su tesoro. Askeladd envía como mensajero al joven Thorfinn, de 16 años, quien se ha convertido en un vikingo de corazón frío.

Thorkell toma a Canute como rehén y va tras el ejército principal de Dinamarca. Ragnar critica el plan de Thorkell de enfrentarse al ejército de Dinamarca completo, que consta de 16 000 soldados, con tan solo 500 hombres. Thorkell empieza a contarle a Ragnar la historia de Valhalla, el orgullo de los normandos, un lugar al que únicamente pueden ir aquellos que mueren en batalla.

Askeladd y sus hombres cambian de rumbo y deciden regresar a Gainsborough, cruzando el condado de Mercia en medio de una fuerte tormenta de nieve, donde espera el ejército principal de Dinamarca. Los hombres encuentran una pequeña aldea en la tormenta y se preparan para el ataque.

Los hombres de Askeladd continuaban su marcha para escapar de Thorkell. Sin embargo, Torgrim y sus amigos traman un plan para cambiar de bando y unirse a Thorkell, llevándose a Canute con ellos. Torgrim finalmente se rebela y arrincona a Askeladd, negociando con él para que le entregue al príncipe, y es en medio de esta confusión que llega Thorkell.

Al terminar la batalla, Canute toma a Askeladd y Thorkell como sus seguidores y regresa a Gainsborough. Canute vive un despertar cuando se da cuenta del significado del amor tras la muerte de Ragnar. Canute se deshace de los pocos sentimientos que aún tenía por su padre y se une a Askeladd para planear el asesinato del rey Sweyn.

Tras el intento de asesinato contra Canute, se esparcen rumores por York acerca de que el rey intenta matar a su hijo. Como resultado, el rey se ve incapaz de dar órdenes que puedan poner en peligro a Canute y Askeladd está complacido al ver que todo procede según los planes. Sin embargo, la situación da un giro cuando el rey Sweyn habla. Mientras tanto, Thorfinn es enviado a prisión como castigo por perturbar la paz.