Buenos Aires, 1962. La vida de Jorge Rizzi, un tímido empleado corporativo, da un giro cuando participa de una sesión de hipnosis que lo libera de sus inhibiciones. Esta experiencia saca a la luz a su álter ego desenfrenado y seductor: el Doctor Tangalanga. Al principio, usa sus nuevos poderes para animar a Sixto, un amigo convaleciente, y conquistar por teléfono a Clara, la recepcionista del sanatorio en el que está internado. Pero las cosas no tardan en salirse de control.
Cuando creía que todo había terminado, me di cuenta de algo: que un cómico tan original no podía tener seguidores comunes. Por eso, con la excusa de salir a buscar nuevas víctimas, decidí homenajearlos también a ellos. A fin de cuentas se trata de fans distintos, como Tangalanga.
El Doctor Tangalanga, primero conocido como Tarufeti, fue el seudónimo del más grande bromista del mundo telefónico. Su verdadero nombre era Julio Victorio De Rissio y al igual que Jorge Luis Borges o Astor Piazzola, don Julio fue único en su género. Él fue el primero en hacer originales bromas por teléfono y al mismo tiempo grabarlas en cassettes. Por esos caprichos que tiene el azar, esos cassettes comenzaron a circular entre amigos y así fue comenzando un fenómeno que al principio se caracterizó por ser clandestino.
Porque estos cinco años de investigación pusieron a prueba mi voluntad… Porque cumplí mi objetivo: encontrar a las 33 víctimas que salí a buscar… Y porque las historias tienen que cerrar…
El Doctor Tangalanga, primero conocido como Tarufeti, fue el seudónimo del más grande bromista del mundo telefónico. Su verdadero nombre era Julio Victorio De Rissio y al igual que Jorge Luis Borges o Astor Piazzola, don Julio fue único en su género. Él fue el primero en hacer originales bromas por teléfono y al mismo tiempo grabarlas en cassettes. Por esos caprichos que tiene el azar, esos cassettes comenzaron a circular entre amigos y así fue comenzando un fenómeno que al principio se caracterizó por ser clandestino.