A wolf is a little hood that has learned to laugh at herself. And that is the greatest superpower that exists because when we convert to humor there is nothing that can harm us. A story that shows us that we are all pathetic in love but that learning to laugh at it automatically turns drama into comedy. And therefore Little Red Riding Hood as a wolf. The conversion process of Marta, our protagonist, will take her several years and several "uncles", from when she decides to become a wolf until she achieves it, because she will have to learn that laughter is not reached by avoiding the forest of drama but by going through it until the bottom. Submitting to the "oyster-essay" method, he will go through a lot of pathetic situations until he learns to abandon self-deception and face reality, discovering that laughter springs from drama and laughter springs... power.

Una loba es una caperucita que ha aprendido a reírse de si misma. Y ese es el mayor superpoder que existe porque cuando nos convertimos al humor no hay nada que pueda hacernos daño. Una historia que nos demuestra que todos somos patéticos en el amor pero que aprender a reírnos de ello, convierte automáticamente el drama en comedia. Y por lo tanto a Caperucita en loba. El proceso de conversión de Marta, nuestra protagonista, le llevará varios años y varios “tíos”, desde que decide convertirse en loba hasta que lo logra, porque tendrá que aprender que a la risa no se llega evitando el bosque del drama sino atravesándolo hasta el fondo. Sometiéndose al método del “ensayo-ostión”, pasará por un montón de situaciones patéticas hasta que aprenda a abandonar el autoengaño y a enfrentar la realidad, descubriendo que del drama brota la risa y de la risa brota… el poder.

Marta consigue pasar de Caperucita a loba cuando decide usar cada situación patética en que la pone el amor para aprender a reírse de sí misma más fuerte que nadie. Internándose en el bosque del drama, llegará a convertirse en la protagonista de su propia comedia al descubrir que del drama brota la risa y de la risa, ¡el poder!