Müller tiene la esperanza de volver con Gloria, pero mantiene su aventura secreta con Irene. Rafa, privado de los placeres de la vida, piensa la manera de acabar con todo.

Los Rafas conocen a Alejandro, un intelectual jubilado que deslumbra a Müller, pero Rafa no se fía de él. Lombardo toma fuerza frente a Müller en la orquesta.

Müller se hace un examen médico para comprobar si está preparado para dirigir los Nibelungos. Los Rafas se confiesan sus secretos, pero no se lo toman de la misma manera.

En la orquesta toman la decisión de que Lombardo asuma la batuta. Rafa se prepara para darlo todo en un último concierto. Sin duda, será una actuación que nadie olvidará.

Alejandro convence a Müller y Rafa para hacer un viaje a Torremolinos. Allí deberán plantarles cara a sus problemas y lidiar, una vez más, con la aceptación de su edad.