La muerte y el fuego atormentan los sueños de Ragna y, en el fondo de su corazón, sabe que son presagios. Si no se hace más fuerte, y pronto, lo único que le espera es el arrepentimiento de por vida.

Hay que detener a Temruogtaf. Pero Ragna pierde interés en el dragón y dirige su atención hacia una de sus sirvientas. Gracias a sus viejos recuerdos, sabe quién es ella en realidad.

Crimson no es un héroe. Manipulará y utilizará a los demás si eso favorece su objetivo, y esa insensibilidad es precisamente lo que le convierte en un aliado necesario contra los dragones.

Los dragones tienen otra debilidad aparte de la luz del sol y la plata: el orgullo. Pero Ultimatia no es como los demás dragones.

Ragna ya conoció a Ultimatia en otra vida y no salió ileso de aquel encuentro. Ahora, en esta vida, los dragones están desapareciendo y Ultimatia necesita saber por qué.

Ultimatia puede tener control sobre el tiempo mismo, pero Crimson sabe que sus poderes deben tener un punto débil. Descúbrelo, y todas las variables serán tenidas en cuenta. O eso cree Crimson.

El implacable asalto de Ragna obliga a Ultimatia a ponerse a la defensiva. Desconociendo su identidad, una emoción inesperada se apodera del monarca dragón a medida que avanza la batalla: El miedo.

La capacidad de Starlia para ver la verdadera naturaleza de una persona pone a Crimson en desventaja, pero cuando Ragna aparece de repente, la princesa ve algo en él que nunca antes había visto.

Mientras Crimson utiliza a Ragna como moneda de cambio para convencer a Starlia de que acepte su ayuda, Woltekamui jura permanecer al lado de Ultimatia y le da el aliento que tanto necesita.

Ragna lucha con el Cuerpo Argentum e infunde sus armas, mientras Crimson ayuda con los círculos de teletransporte. Pero no son los únicos que se preparan para la batalla.

La batalla comienza al atardecer, pero antes de enfrentarse a un destino incierto, Starlia le pide a Ragna que escuche una sentida petición.

La batalla ha comenzado, pero Ragna y el Cuerpo Argentum no se enfrentan a cualquier enemigo. Se enfrentan a quienes pretenden exterminarlos por todos los medios.

El astuto plan de Olto Zora abruma al cuerpo cuando se enfrenta al poder de dragones maduros. Sin embargo, la inminente ofensiva de Crimson y la determinación de Starlia pueden ser la clave de la victoria.

La marea está cambiando a medida que los cuerpos se abren paso a través del campo de batalla: Nagna y Starlia son la fuente de su inspiración. Pero ninguno es consciente del cruel plan de Crimson.

Olto Zora solía ser otra persona, y Starlia le recuerda a alguien que conoció hace mucho tiempo.

Olto Zora and Taratectra are lifelong friends who stand at a crossroads that could determine the battle. Now, Ragna and Starlia may be the only ones who can prevent calamity.

The battle is over, but at a heavy price. While a weary corps mourn their losses, representatives from the Solarian Church arrive to meet the fabled Reaper.

Ragna has found a reason to fight, and he and the Argentum Corps will take the battle to the Blood of the Wing, no matter what Crimson thinks.

Four superior dragons stand between them and the Winged Monarch. With unyielding resolve, the Argentum Corps storm a dead capital for the final battle.

Multiple battles erupt in an all-out war against the Blood of the Wing. As each side engages in mortal combat, a crucial decision awaits Crimson.

The darkest hour is at hand. As cherished comrades fall on both sides, bittersweet memories of the past surge to the forefront.

As Ragna and Woltekamui's titanic battle rages across the heavens, the dragon is reminded of another encounter—one that shaped him into the warrior he is today.

Just as Ragna, Crimson and the Argentum Corps stand at the cusp of victory, the worst case scenario occurs: Against all odds, Ultimatia reclaims her dominion over time.