Su relación con Harry, su hipersensible novio, llega a su fin cuando éste le pilla masturbándose con un vídeo de Obama y, a pesar de que ella está segura de que siempre vuelve, esta vez no lo tendrá tan claro.

Los recuerdos de la muerte de su amiga, así como de los buenos ratos que pasaron juntas acuden a su mente en los momentos que menos se lo espera. La protagonista intenta hacer frente al hecho de que su insulso novio le haya dejado y no tenga intención de volver. Por ello, busca en cualquier hombre que se le presenta y en el sexo casual la oportunidad de pasar un buen rato y evadirse del caos de su vida. Además, intenta vender cómo sea la estatua que robó de casa de su madrastra al marido de su hermana Claire, Martin para que le busque un buen vendedor.

Fleabag intenta ayudar a su cuñado a comprar un regalo para Claire quien, a pesar de no gustarle cumplir años decide organizar una fiesta a escondidas de ella misma. Con el objetivo de no acudir sola a la celebración y ser el objeto de las críticas del resto de los invitados, ésta decide acudir con su amigo "roedor" del bus, pasando por alto su defecto en los dientes con tal de llevar un acompañante. Una vez en la fiesta, su cuñado le traiciona con la estatua robada e intenta seducirla.

Fleabag y su hermana Claire acuden a regañadientes a un retiro sólo permitido para mujeres en el que no está permitido hablar, por cortesía de su padre. Los días en esta congregación se les hace imposible a ambas, especialmente a Fleabag, que no tiene ningún remordimiento al respecto. Allí, tendrán como vecinos a un taller sólo de hombres cuya terapia es gritar para desahogarse con el género femenino. Fleabag no puede esconder su curiosidad y acude al encuentro de este grupo, descubriendo a un conocido entre los integrantes.

En el aniversario de la muerte de su madre, Fleabag y Claire vuelven a su casa familiar para acudir al almuerzo anual en memoria de la madre. Sin embargo, en esta ocasión la madrastra acapara toda la atención del momento dando la noticia de su próxima exhibición sobre sexo en la casa del padre, donde expondrá todas sus obras de arte enfocadas al ámbito sexual y basadas todas en el padre de las chicas, para sonrojo de éstas.

Fleabag decide acudir a la exposición de arte y sexo de su madrastra, a pesar de la manía que la tiene. Sin embargo, no lo hace sola y se lleva consigo al chico con el que se acuesta de vez en cuando, cuyo atractivo no pasa desapercibido para ninguna mujer del evento, incluida la mujer de su padre. Sin embargo, la estabilidad de Fleabag es sólo una apariencia ante los demás, ya que de pronto todo empieza a desmoronarse. En la fiesta, es testigo de la felicidad de su exnovio Harry, quien ha empezado una nueva relación y le hace pasar por el mal trago de presentarle a su nueva novia. Además, tiene que hacer frente a una declaración de amor inesperada, la decisión de su hermana de quedarse junto a Martin a pesar de estar al tanto del intento de infidelidad que tuvo éste con ella y, por último, la revelación de la verdadera causa de la muerte de su amiga Boo.